Mi experiencia pasando de dudar de usar Tailwind a usarlo siempre. Por qué muchos lo critican, qué cambia en Tailwind 4 y por qué para mí hoy es imposible no elegirlo.
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Voy a ser sincero: Tailwind antes me hacía un poco de ruido.
¿Clases kilométricas? ¿Escribir CSS en el HTML? ¿Memorizar utilidades?
Me sonaba a moda pasajera, a framework que te complica más de lo que te ayuda.
Pero después de darle una chance posta… hermano, no volví más atrás.
Y ahora con Tailwind 4, directamente lo uso en todos lados.
Este artículo no es para evangelizarte ni para decirte que “si no usás Tailwind no sabés CSS”.
No, cero.
Es simplemente mi experiencia real después de usarlo en proyectos grandes, librerías internas y cosas de laburo.
Vamos por partes.
Porque es diferente.
Porque te rompe un poco la forma clásica de escribir CSS.
Y porque sí, tiene sus cosas molestas.
Los haters generalmente dicen:
Y ojo, algunas críticas tienen sentido.
Pero también muchas vienen de no haberlo usado lo suficiente o haber probado una versión vieja.
Sí, el HTML se ve más sucio.
Sí, tenés que memorizar algunas clases (Aunque no hace falta porque tenes todas las clases en la documentación oficial bobi).
Sí, si no usás un buen editor, es un infierno.
Sí, si venís del mundo “SCSS modular”, te saca de tu zona de confort.
Pero pará…
Ahora viene lo bueno.
Tailwind 4 no fue un update más.
Fue un rewrite completo del engine, y es un salto gigante en performance y simplicidad.
Y esto no es marketing, estos son los números reales:
Estamos hablando de microsegundos en esos casos.
Literalmente: cambiaste un archivo, volviste al navegador, y ya está.
Mientras otros frameworks siguen compilando, Tailwind ya terminó y te cebó un mate.
Si odiabas Tailwind porque en proyectos grandes se ponía lento…
Bueno, eso murió.
Antes Tailwind tenía un set-up medio denso:
contenttailwind.config.jsAhora con Tailwind 4 es literalmente:
1npm i tailwindcss @tailwindcss/postcss1export default {2 plugins: ["@tailwindcss/postcss"],3};1@import "tailwindcss";Listo.
Cero configuración.
Sin content, sin archivos extras, sin mil pasos.
Y encima trae:
Si sos de los que hace side-projects todos los fines de semana, esto te cambia la vida.
Tailwind no inventa clases al azar.
Son tokens de diseño.
Eso te arregla la cabeza, te ordena todo sin tener que navegar 300 archivos de CSS.
Menos interferencia.
Menos estilos raros aplicándose sin querer.
CSS base más limpio.
Tailwind 4 se configuró solo.
Literalmente.
Si antes ya tenía poca config, ahora es:
“Pará flaco, ni me toques el config, yo me arreglo”.
Menos archivos.
Menos quilombo.
Menos cosas rotas.
Cuando tenés:
Escribir CSS “a mano” deja de ser romántico.
Es un quilombo.
Tailwind te da estructura sin que vos tengas que inventarla.
Ordenás todo desde el markup, mantenés consistencia y te olvidás del “¿qué archivo tocaba?”.
No todo es color de rosas.
Pero sinceramente… los beneficios le ganan por goleada.
Mas vale.
Si hacés UI moderna, sí.
Sin dudas.
Si estás haciendo un portfolio, un SaaS, un dashboard, una librería de componentes (como yo), una web corporativa…
Tailwind te acelera todo.
Si querés aprender CSS desde cero, quizá no lo tocaría aún.
Pero cuando ya sabés CSS, Tailwind es como un power-up mental.
Tailwind antes no me convencía del todp.
Pero después de usarlo en serio, y ahora con la versión 4, lo uso en todos lados:
¿Es perfecto? No.
¿Es el enemigo del CSS? Tampoco.
¿Es una herramienta increíble si la usás bien? Totalmente.
Y a esta altura… si Tailwind sigue así, no lo dejo más.